Sostenibilidad

Zara Pre-Owned: el gigante de Inditex también se suma al fenómeno de la segunda mano

Zara Pre-Owned nace con el objetivo de acercar a los clientes a la moda circular a través de la venta, la reparación y la donación. Te contamos todos los detalles de esta propuesta.

Parece mentira que hace apenas una semana dábamos la bienvenida a la plataforma de reventa de Shein (con su debido análisis) y que ahora hablemos de una propuesta similar de la mano de Zara. El gigante del grupo Inditex ha ocupado los titulares del sector de la moda este fin de semana gracias a su última nueva: un servicio que opta por reparar, revender o donar prendas usadas de Zara entre los usuarios activos. Bajo el nombre Zara Pre-Owned, esta idea promete acercar un poco más la moda circular a las grandes masas.

Zara Pre-Owned

Zara Pre-Owned: qué sabemos por el momento

Según descubrimos en El Correo, la propuesta llega primero al Reino Unido, concretamente el 5 de noviembre. «Se trata de una prueba piloto, sin fechas aún para posibles implantaciones en otros países, con el que la compañía planta cara a otros competidores como H&M que ya están presentes en el mercado de la ropa usada». Por ahora, han contado que los clientes podrán  reparar, revender o donar prendas usadas de Zara a través de esta novedosa plataforma, disponible en tiendas, web y aplicación móvil.

Además, Zara ha enviado un comunicado en el que apunta que «la sección de reventa estará organizada por categorías de productos con información detallada de cada uno, incluidas imágenes suministradas por el vendedor y datos del producto original de Zara». A esto sumamos que «los clientes, además, podrán pedir arreglos de cualquier prenda usada de Zara, bien sea cambiar una cremallera o botón o arreglar una costura. El usuario puede realizar el proceso íntegramente ‘online’ o en una de las 60 tiendas de Zara en el Reino Unido. Los arreglos se pagarán».

Finalmente, también existirá la opción de donar la ropa. «La donación también será otra opción disponible. A través de la plataforma, los clientes podrán pedir que recojan en el domicilio ropa para regalar. Ahora existe esa posibilidad en una red de contenedores ubicados en las tiendas. Los productos donados se llevarán a la Cruz Roja en el Reino Unido. Este servicio de contenedores también está disponible en otros mercados, como el español».

Para concluir, conocer otras declaraciones de la marca. «Esta nueva plataforma en la web y la aplicación móvil de Zara es una acción más dentro del enfoque de sostenibilidad de Inditex y es un ejemplo de su compromiso con el avance hacia un modelo de economía circular que abarca todas las fases de su actividad, desde el diseño de productos hasta la gestión de sus tiendas, pasando por la fabricación, la logística y las oficinas de la compañía».

Sostenibilidad

¿Es incoherente que Shein lance una plataforma de reventa?

Shein se abre al mercado de la venta de segunda mano de sus productos: analizamos esta iniciativa desde prismas distintos.

Hay un fenómeno dentro del mundo de la moda que no deja lugar a dudas: si no tienes una plataforma de reventa, parece que no existes. Ahora, todo apunta a que numerosas casas se han dado cuenta de la importancia de la circuladidad para el medio ambiente y se suman a crear sus propios canales. H&M tiene ‘Rewear‘, Balenciaga ‘Re-Sell Program’ y Bottega Veneta ‘Bottega Series’. Al mismo tiempo, existen generalistas como Vestiare Collective, Tradesy, Rebelle, The Next Closet o Hewi. La última noticia está protagonizada por Shein, que anunció el lunes el lanzamiento de una nueva plataforma de reventa online para comprar y vender productos de su marca previamente adquiridos. No exenta de polémica, esta nueva abre un debate, ¿tiene sentido esta operación o es puro greenwashing

shein

Shein, el rey absoluto del fast-fashion

Primero, hablemos de cómo viven los trabajadores de Shein. El gigante chino está ocupando todos los titulares por las condiciones de trabajo de sus empleados. «Jornadas de 18 horas, recibir 4 céntimos por prenda o aseo en la hora del almuerzo por falta de tiempo: un nuevo informe revela las condiciones laborales de los trabajadores de Shein», leíamos hace apenas un día en Business Insider. Dicho estudio, cuenta con testimonios de primera mano, «Muchos se quedan hasta tarde para ganar una comisión de 2 peniques por artículo. Los de la segunda fábrica no tienen salario básico, en su lugar, reciben 3 peniques por cada artículo que producen».

Independientemente de estos datos, «el grupo textil chino Shein ha sido valorado durante una reciente ronda de financiación en 100.000 millones de dólares (92.000 millones de euros), más que la suma de las capitalizaciones bursátiles de la española Inditex (62.000 millones de euros) y la sueca H&M (18.500 millones de euros), según fuentes del mercado citadas por The Wall Street Journal«. 

Entonces, tenemos delante un claro escenario: altas ventas y pésimas condiciones laborales. Ante esto, Shein presenta su plataforma y nos hace preguntarnos qué se esconde tras esta estrategia.

¿Un proyecto que nace de corazón o marketing en potencia?

«En Shein, creemos que es nuestra responsabilidad construir un futuro de la moda que sea equitativo para todos, al tiempo que aceleramos las soluciones para reducir los residuos textiles», declaró Adam Whinston, director global de ESG en Shein. Estas palabras apuestan por un mundo mejor, pero qué ocurre con sus empleados.

«El objetivo de Shein Exchange es hacer que la reventa sea tan fácil y cómoda como la compra de algo nuevo y al mismo tiempo comenzar un movimiento cultural de circularidad dentro de nuestra propia comunidad Shein. Hacemos un llamamiento a nuestra comunidad para que se movilice y mantenga en circulación la ropa que ya ha poseído durante el mayor tiempo posible. Aprovechando el alcance y la influencia de nuestra creciente comunidad, creemos que la compra de reventa puede convertirse en la nueva normalidad de nuestra industria», agregó Whinston.

¿Es lógico impulsar el consumo exacerbado, tener a empleados en pésimas condiciones laborales e inaugurar una plataforma de reventa para fomentar la circularidad? Seguramente la respuesta sea no. En primera instancia deberían dar solución a los problemas que ya azotan Shein y, después, crear soluciones para lograr un futuro verde. Empezar la casa por el tejado, que diría el refranero español.

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Sostenibilidad

Greenhushing o ecosilencio: qué significa este término que se aleja del greenwashing

Hablamos del greenhushing o ecosilencio: la práctica que dice adiós al greenwashing y también tiene su parte polémica.

Durante las últimas semanas (y meses) estamos hablando mucho, quizás demasiado, del popular greenwashing, y no por gusto. Esta práctica, que se podría definir en breves palabras como «blanqueamiento eco» por parte de las campañas de marketing de las empresas, ahora tiene una antítesis. Porque como de costumbre en la vida, los contrarios existen. En este caso, la praxis opuesta se llama greenhushing o ecosilencio y también merece su espacio. En talentiam, como expertos en sosteninibilidad en el campo del fashion-retail, damos voz a este fenómeno que se relaciona con una mejor salud del planeta.

Greenhushing o ecosilencio: qué es

Como su propio nombre indica en inglés y en castellano, este hábito define a las compañías que aplican medidas ecofriendly y no tienen la necesidad de publicarlo o incluso optar por el silencio. Los enfoques responsables se relacionan con empresas realmente comprometidas con la causa que no quieren aprovechar el oportunismo para ver crecer sus ventas. Además, también evitan caer en publicidad engañosa o en quedarse cortos (o pasarse) con sus promesas a través del marketing.

Recordemos que la práctica del greenwashing es ilícita, ya que anuncia datos y procesos que no son fieles a la verdad. Asimismo, genera inseguridad y desconfianza en el consumidor, que (en algunos casos) acaba por no crear las promesas verdes de ciertas compañías.

¿Qué quieren los consumidores?

Es complejo conocer qué desean todos los consumidores. Optar por el silencio en una práctica correcta deja al mercado sin casos de ecoresponsabilidad reales que puedan servir de inspiración para otros y logra que los usuarios que buscan este tipo de empresas no las encuentren a través de canales de publicidad algo más convencionales.

En Fashionnetwork ponen en la mesa un interesante ejemplo. «Un estudio realizado en Austria y publicado en el Journal of Travel Research en 2020 analizó la reacción de los huéspedes de los hoteles y la forma en que éstos comunican su enfoque «verde». En general, «nuestra investigación ofrece pocas razones para el greenhushing desde la perspectiva de los huéspedes», concluyen los investigadores. Por el contrario, el estudio indica claramente una expectativa de transparencia por parte de los consumidores con respecto a los enfoques medioambientales de las empresas y las marcas».

Lo que está claro es la transparencia es primordial para llegar al consumidor, la mentira no es bien recibida y el descubrimiento de una publicidad engañosa puede causar un gran daño en la imagen de una compañía o marca.

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Sostenibilidad

Investigadores, estudiantes y marcas del sector ponen las bases para decir adiós al greenwashing

El Pacto por la Moda Sostenible presentado en Valencia tiene un claro objetivo: acabar con el greenwashing que reina en la actualidad.

Una de las palabras que más se repiten cuando hablamos de malas prácticas dentro del mundo de la moda sostenible es greenwashing. De forma muy resumida, este fenómeno consiste en blanquear la publicidad para sumarse al carro de la sostenible cuando no es cierto. Entidades como la Comisión Europea luchan contra esta praxis, pero el resultado no es tan evidente como pensamos. Por ejemplo, una de las últimas noticias publicadas al respecto dicta que» Boohoo está siendo investigada desde el pasado mes de julio por la CMA británica (Competition & Market Authority), por haber podido engañar, voluntaria o involuntariamente, a los compradores sobre la sostenibilidad de sus productos». Para poner fin a estas prácticas ilícitas, el sector de la moda no cesa en sus intentos.

greenwashing

El evento Future for Fashion se celebró la semana pasada en Valencia y la resaca es fuerte, en el buen sentido de la palabra. Ahora, toca analizar los datos ofrecidos y dar voz a las propuestas que se han hecho públicas. Una de las iniciativas más remarcables es el Pacto por la Moda Sostenible. En La Información leemos que  investigadores, estudiantes universitarios y compañías del sector de la moda han unido sus fuerzas con un mismo fin: crear un pacto que «pretende revolucionar la industria de la moda invitando a las grandes empresas del sector textil a que implementen tres acciones concretas en sus procesos productivos que puedan ser medibles y sencillas de aplicar«. Una forma de medir y cuantificar el impacto de dicha praxis.

El Pacto insta a que las empresas diseñen un KPI. Un indicador que mida el impacto de una acción o proceso concreto. Con esto, podrán presentar «sus resultados y darlos a conocer públicamente, para que en caso de ser un indicador útil, pueda ser adoptado por otras compañías y reclamado por los consumidores». Un proyecto que aboga por la cooperación entre marcas.

Esteban Galán, profesor titular de la Universitat Politècnica de València e investigador del proyecto SFES relata que «La idea original era introducir criterios de sostenibilidad en la contratación, cambios organizativos o en la cadena de suministro, pero la potencia de este pacto reside en la facilidad que los demás tengan para copiarles, en hacer el cambio viral. No se trata de que las empresas busquen fórmulas complejas para cambiar algo, sino que eso permita combatir el greenwashing«.

A esta noticia, sumamos también que «50 estudiantes y 18 investigadores del campus de Gandia de la Universitat Politècnica de Valencia colaboran con otro equipo de la Glasgow Caledonian University para demostrar a la industria de la moda que nuevas herramientas como el metaverso, la inteligencia artificial o el storytelling forman parte del futuro de un sector que necesita un nuevo relato basado en la sostenibilidad para adaptarse a los cambios para crecer y consolidar a sus consumidores.».

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Sostenibilidad

Las bolsas de tela (o tote bag) y la pérdida de su valor sostenible

Las bolsas de tela se convierten en las protagonistas de Twitter a raíz de un interesante video del que nos hacemos eco.

No falla: no hay día que no salgamos a las calle y veamos a un par de personas luciendo con orgullo sus bolsas de tela (o tote bags, para los lectores modernos de nuestro blog). Sea para ir al supermercado y evitar comprar en cada visita una bolsa de plástico (fin para el que nacieron, por cierto) o sencillamente como bolso todoterreno, las tote bag ya son un clásico. Eso sí, el debate sobre su alma sostenible arde en Twitter. La red social de la polémica por excelencia ha abierto un «melón» que nos atañe: ¿son realmente tan sostenibles como presumen ser?.

Hace unos meses ya hablamos sobre un estudio que lo ponía en duda y las pruebas solo hacen que crecer. No solo se trata de cómo se fabrican y de dónde proviene el algodón con las que se generan, hacemos hincapié en su consumo desmesurado. La gracia está en poseer una bolsa que nos sirva para todo, no siete tote bags para cada día de la semana. En este punto se detiene el músico Rodrigo Cuevas, que ha publicado un interesante video en su perfil de Twitter.

bolsa de tela

Las bolsas de tela en el ojo del huracán

El artista ya no vende este tipo de bolsas en su web, «¿Vosotros sabéis lo que significa fabricar todo este textil, transportarlo (…)? Todo este algodón que no sabemos dónde está producido, no sabemos dónde está ensamblado, no sabemos dónde está teñido, ¿vosotros creéis que es más ecológico que el plástico?», comenta.

En su origen, nacieron como una alternativa más sostenible y ecológica a las bolsas de plástico, reutilizar en lugar de usar y tirar. La idea está bien, pero se nos ha ido de las manos. Cuevas explica su experiencia:  «Las vendí una temporada y ya cuando se me acabaron, no hice más. Ya llevaba tiempo pensando que en realidad no quería hacer más tote bags. En cada sitio al que voy, en cada charla, me regalan una. ¿Pero cómo vamos a hacer más, si el textil es una de las cosas que más contaminan del mundo?».

Gema Gómez, directora ejecutiva y fundadora de la plataforma de formación y divulgación en moda, sostenibilidad y negocio Slow Fashion Next explica en Smoda que «el problema con las bolsas de tela es que las estamos usando como usamos las de plástico».  Además, suma que «dependiendo del material, una tote bag empieza a ser interesante en términos de sostenibilidad, entre cien y trescientas veces de uso«. Hay una cosa clara: si tenemos cinco tote bags en el armario y las usamos solo una temporada, es casi imposible otorgarles el papel de sostenibles.

El estudio que hemos citado anteriormente verificó que cada bolsa de algodón tendría que ser utilizada 7.100 veces; si el algodón es orgánico, la cosa empeora y son necesarios 20.000 usos. Gómez asegura que «la sostenibilidad tiene tres patas: la medioambiental, la social y la económica. Y las tres tienen que balancearse». En el caso de las tote bags, parece que los números no salen.

Apostar por un mundo sostenible es mucho más fácil de lo que piensas. Te animamos a que nos sigas en nuestras Redes Sociales: InstagramFacebook y Twitter. ¡Bienvenidos a la pequeña-gran familia de talentiam!

Fotos | Mucho Power, Cruz Roja