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Nos hacemos eco de nuevas medidas propuestas como cobrar por probarte la ropa, para hacer frente a las nuevas realidades del sector retail.

Hace poco tiempo escuchamos en las noticias que en Castilla y León querían proponer cobrar por probarte la ropa en los probadores de las tiendas.

Esta medida ha sido cuanto menos cuestionada porque impone a los compradores un coste de un servicio que siempre ha sido gratuito en las tiendas físicas. En un momento además en el que las ventas del sector retail se están viendo muy afectadas por otros factores como el clima cambiante, pensar en algo así me parece complicado.

Entiendo que con los compradores cada vez más pasándose al comercio online, las tiendas físicas tienen que replantearse su modelo para intentar luchar contra el gigante del ecommerce.

Si alguna persona se resiste todavía a comprar online ropa y accesorios es por si no les queda bien, porque no ven las calidades del tejido, por si la talla que van a elegir será la correcta…

El comercio online avanza rápidamente y precisamente ha incluido mejoras para que esto no suceda como poner las medidas de la prenda o la talla y altura de la modelo.

Otra cosa que pasa muy a menudo es que los probadores de las tiendas no son cómodos y tienen una lúz que hace sentir bastante mal (al menos a mí). Eso, añadido a que las prendas llegan cómodamente a casa y que puedes probarte el producto con el resto de tu armario,  hace que aumenten los adeptos a las compras online.

Con estas ventajas, el comercio tradicional cada vez ve más reducidas sus ventas y han observado un fenómeno que soluciona el problema de ver físicamente la prenda y las ventajas de la rapidez online. Lo que sucede es que los usuarios se prueban las prendas en las tiendas y las compran online.

Como digo, ven el producto, se lo prueban y lo compran para que les llegue a casa. A esto se le añade una ventaja: el producto esta embolsado, nadie se lo ha probado antes.

El pequeño comercio ve que los recursos positivos con los que cuentan, están pasando a usarse en contra, y de ahí surgen ideas como cobrar por probarte la ropa.

Sinceramente no creo que esto sea una solución. Probablemente el problema en este caso se agrandaría porque los posibles compradores ni siquiera irían a las tiendas.

Creo que una posible solución pasa por convertir las tiendas en showrooms donde poder ver la ropa y probarla, pero no comprarla. La compra se realizaría online. De esta manera no tendrían que hacer una inversión alta en stock, no es necesario tener un almacén en cada tienda, sino uno central desde el que se distribuiría el producto, los compradores podrían ver el producto, probarlo…y recibirlo en su casa en unas horas o al día siguiente.

Este modelo supone estar actualizado en nuevas tecnologías y contar con un sistema logístico potente, pero sinceramente creo que el futuro de las tiendas va en esta dirección y el pequeño comercio tiene que buscar formas para encontrar su hueco.